viernes, 22 de agosto de 2008

Logros para el siglo XXI.

La expectativa de éxito de los llamados Logros indispensables para los estudiantes del siglo XXI es una tarea fundamental de la educación media superior; pues se trata de las habilidades, conocimientos y competencias que los jóvenes deben dominar para ingresar con mayores oportunidades de desarrollo a la vida laboral y a la ciudadanía y, además, para aprender a continuar por sí mismos su proceso de crecimiento intelectual.
En este sentido la enseñanza y el dominio de las habilidades del siglo XXI, en el contexto de las asignaturas curriculares básicas, deben construir relaciones y espacios inter y transdiciplinarios entre los contenidos curriculares básicos -español, artes, matemáticas, historia, etcétera- y los temas del siglo XXI; a saber: conciencia global, competencias ciudadanas, conocimientos básicos de la salud y alfabetismo económico y de emprendimiento.
La materia de Ciencia, Tecnología, Sociedad y Valores ofrece oportunidades de desarrollar habilidades del siglo XXI, como pensamiento crítico; solución de problemas; manejo de información; comunicación y colaboración; creatividad y tecnologías de la información y comunicación; todas ellas de gran peso para la fortalecer el dominio de los temas del siglo XXI, que en el caso de CTS -algunos de ellos- son parte esencial de posibles componentes cognitivos, procedimentales y actitudinales de la materia.
Asimismo, uno de los elementos para asegurar la competencia en el logro de las habilidades del siglo XXI es el criterio de estandarización en cuanto al uso de datos, herramientas y situaciones de entornos reales y vinculados al contexto inmediato o futuro de los estudiantes; porque es en estos ambientes dónde los jóvenes identifican la relevancia y pertinencia de lo aprendido. Otro criterio que quiero mencionar es el relativo a los ambientes de aprendizaje. Porque un ambiente colaborativo, en contexto real, relevante y contemporáneo permite la práctica de acciones igualitarias y equitativas, promueven la toma de decisiones y la participación y facilitan la solución de problemas en colectivo; todas ellas habilidades del siglo XXI referentes a la participación ciudadana.
Por último, el mundo laboral y la necesidad de comprender las condiciones globales económicas, políticas y culturales, por un lado, y la participación informada y razonada en los dilemas sociales y planetarios, por otro, han influido para que los sistemas educativos orienten la formación de las jóvenes y nuevas generaciones, hacia el dominio de las competencias y habilidades que requiere este siglo, porque de su logro exitoso depende el futuro individual de la población y el porvenir de la sociedad.


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